Comienza un nuevo año y con él toca escuchar una lista de deseos, compromisos, planes de acción y objetivos, que todos en menor o mayor medida nos hacemos y que por lo general, van encaminados a mejorar como personas, ya sean en el ámbito profesional o personal.
También es hora de hacer balance del año terminado y reflexionar al respecto de lo vivido y percibido, sobre todo porque este “repasar lo ocurrido” es una buena herramienta para elaborar esa lista.
En mi repaso de lo que he vivido y de lo que he observado durante el pasado ejercicio y tras reflexionar sobre ello, he llegado a la conclusión de que vivimos en una sociedad que no escucha. Estamos atrincherados y rígidos en lo que creemos saber y todo lo que no suene igual o se parezca a ese conocimiento propio, no se contempla o se rechaza. Y me explico.
APRENDAMOS A ESCUCHAR
Visualizo la verdadera escucha como la construcción de un diálogo con la otra parte a partir de lo que me dice pero sin permitir que en ello interfieran los prejuicios adquiridos por mí a través de mis experiencias pasadas sobre aspectos y asuntos que pudieran tener similitud y/o relación con lo que me están contando.
O lo que es lo mismo, evitando la interferencia en esa escucha de “lo que creo que sé” sobre el tema por lo que he vivido antes.
Y creo que es ahí donde reside el verdadero reto porque implica “desaprender”, entendiendo por ello el no poner los conocimientos que tengo y mis experiencias como la vara de medir la validez o no de lo que me cuentan.
Lo contrario es condenarse a no aprender, a no crecer. Porque si creo que lo sé todo, no habrá nuevos conocimientos ni experiencias que adquirir.
Se trata de escuchar como si no supiéramos nada, como si fuéramos un niño ávido de aprender y lleno de curiosidad.

En el ámbito empresarial es crucial. La calidad de escucha que tienen los líderes de una organización empresarial es la que determina su potencial a futuro.
De su capacidad o incapacidad de abrazar lo nuevo, lo diferente y aprender de ella por ejemplo, dependerá la posibilidad de descubrir y acometer procesos o modelos innovadores en el mercado y en sus empresas o de seguir en un “más de lo mismo” basado en lo que conocen.
La enorme “indiferenciación” reinante en muchos sectores nos dice mucho al respecto pero también abre una ventana enorme de oportunidad a todos aquellos que anhelan reinventarse.
Así que este año os propongo que añadáis a vuestra lista: “ESCUCHAR COMO SI NO SUPIÉRAIS NADA”.
Feliz año y feliz vida.